Ecologistas en Acción
recuerda en el Día Mundial de los Océanos la importancia de la
conservación del Dendropoma petraeum, un gasterópodo endémico
del Mediterráneo.
La costa española
con sus aproximadamente 7.880 km de longitud conforma una frágil
franja de muy difícil recuperación en su equilibrio físico, lo
cual se ve agravado por las numerosas presiones que soporta
representadas sobre todo en la alta ocupación urbanística fruto de
un crecimiento sin planificación y totalmente insostenible.
El Dendropoma
petraeum es un molusco gasterópodo sésil( organismos que viven
fijados en la roca), endémico del Mediterráneo clasificado como
vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, en el
Anexo II del Convenio de Barcelona, y en el Anexo II del Convenio
de Berna.
Las
bioconstrucciones(viven en comunidades que conforman pequeños
arrecifes que tapizan y protegen la roca) que forman son de
elevada importancia, se suelen situar en superficies rocosas del
medio litoral, en lugares semiexpuestos al oleaje y con gran
oxigenación, formando costras, cornisas e incluso microarrecifes.
El crecimiento de las bioconstrucciones de Dendropoma petraeum es
muy lento. Su destrucción se puede considerar como irreversible a
escala humana, estando las poblaciones españolas en serio peligro,
como consecuencia del alto grado de ocupación urbanística y
turística de la costa. Las amenazas principales son la destrucción
del litoral (recubrimiento por aporte de sedimentos u obras
costeras), la contaminación superficial del agua (hidrocarburos,
aguas residuales, etc.), y las pisadas de bañistas y pescadores.
Las ventajas de la
conservación de esta gasterópodo son varias: Constituyen
excelentes indicadores paleontológicos de las variaciones de nivel
en la línea de costa en épocas recientes ya que la superficie
superior de estos conglomerados coincide con el nivel medio del
mar.
Son indicadoras de
la calidad de las aguas. Al ser una especie filtradora sólo se
establece en las zonas de aguas limpias.
Sirven de refugio de
otras especies aumentando así la biodiversidad de la zona, como
por ejemplo poliquetos y crustáceos.
Modulan los procesos
de erosión costera, ya que protegen a la roca favoreciendo la
formación de plataformas de abrasión.
Cabe destacar que el
mar ocupa un 71% de la superficie del planeta y en él se
concentran gran cantidad de especies en peligro de extinción
debido sobre todo a causas de origen antrópico como la
sobreexplotación pesquera y la acuicultura, la destrucción del
hábitat marino, la acidificación de los océanos provocada por
vertidos y el cambio climático que contribuye con el aumento de la
temperatura de las zonas templadas a la proliferación de especies
invasoras y a la descongelación de los hielos del Ártico.
Ecologistas en
Acción considera de suma importancia conservar estas y otras
especies que son claros indicadores del estado de la costa, así
como zonas de alta concentración de biodiversidad y de mantenimiento del equilibrio
costero. Su distribución en la costa española va desde Castellón
hasta Cádiz, Baleares, Islas Columbretes, Alborán, Ceuta, Melilla
e Islas Chafarinas. Destaca el arrecife de cabo Roig en Alicante,
las bioconstrucciones de cabo Palos, cabo Cope y puntas de
Calnegre en Murcia, y las del Playazo de Rodalquilar en Almería. A
nivel del Mediterráneo lo podemos encontrar en Sicilia, Malta,
Creta, norte de África, sur de Turquía, Siria, Libano e Israel.
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